martes, 15 de marzo de 2011

Los Bomberos de Castro están cachas.


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¿Hay algo más cansado que subir y bajar una escalera con un desnivel de 80 metros peldaño a peldaño? Pues sí: hacerlo con 25 kilos encima. Además de comprobar la puesta a punto de cada uno, ayer, en Santander, 30 bomberos, profesionales y voluntarios, se jugaban la honrilla midiendo sus fuerzas en 360 escaleras, 180 de subida y las mismas de bajada, con 80 metros de desnivel, en el menor tiempo posible

Compitieron en la II Carrera Vertical para Bomberos Ciudad de Santander, la única que se celebra en España al aire libre, ya que el resto de las pruebas se realizan dentro de edificios.

Algo que en principio parecía sencillo tenía su complicación. Los bomberos debieron hacer la prueba subiendo todos y cada uno de los escalones sin tocar la barandilla (podían subir varios escalones de un salto) pero tuvieron que bajarlos, pisándolos, uno a uno.

Más complicación: la prueba tuvieron que hacerla con el equipo completo que pesa 25 kilos: botas, peto, chaquetón, casco y equipo de aire comprimido. Esto supone una dificultad añadida ya que el individuo no puede respirar libremente sino a demanda de la propia botella de oxígeno. El tiempo estimado por la organización que se debería emplear en hacer la prueba completa era de tres minutos. Se establecieron dos modalidades: para mayores y menores de 40 años. Había algún participante que rebasaba sobradamente la cincuentena.

Castro repite primer premio:

Alejandro San Vicente, del Cuerpo de Bomberos de Castro Urdiales, en la categoría de menores de 40 años, ganó la prueba por segundo año consecutivo, empleando para hacer este recorrido un minuto y 37 segundos. En segundo lugar se clasificó Julio Revuelta, bombero de Santander, con un minuto y 46 segundos, y tercero, el bombero de Los Corrales de Buelna, Rubén Moncada, con un minuto y 54 segundos.

A los cinco veteranos, con más de 40 años, la edad les supuso poco inconveniente aunque emplearon algún tiempo más en subir y bajar los 180 peldaños. El primero de ellos fue Manuel Condado, bombero de Santander, que tardó dos minutos y nueve segundos. El segundo, también de Santander, Francisco Gutiérrez Maestro, necesitó dos minutos y 19 segundos para completar el recorrido, y el bombero voluntario, Carlos Pérez Tontón, el tercero, precisó dos minutos y 44 segundos.

Exhibición de fuerza:

Seguramente habrá bomberos que no estén tan preparados pero los que ayer se prestaron a participar en la prueba, hicieron una exhibición de fuerza, destreza y, sobre todo, de cuerpos 10.
La treintena de participantes provenían de Santander, Reinosa, Los Corrales de Buelna, Castro Urdiales, Bilbao, Toledo y Palencia, y aunque acostumbrados a actuar con rapidez y nervios templados, había cierto nerviosismo antes de iniciarse la competición, lo que se traducía en bromas, miradas de soslayo al contrincante y algún ejercicio de calentamiento. Aunque todos reconocían que lo que primaba era el compañerismo también reconocían que el orgullo personal siempre está presente. Uno de los participantes, Carlos García, de Reinosa, ya es veterano en este tipo de pruebas. «En el año 2003 subí la Torre Mapfre en Barcelona, 40 pisos», o lo que es lo mismo, 640 escaleras con sus descansillos, «y tardé siete minutos. Los cántabros estamos en desventaja ya que aquí no tenemos posibilidad de entrenar en edificios con tantos peldaños.

Ahora, la vista de este bombero está puesta en los próximos Juegos para Bomberos, en 2011 en Nueva York, una cita en la que se honrará a los compañeros caídos en el décimo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas. El reto: llegar a la cima del Empire State Building de Nueva York, por las escaleras, 102 plantas con una altura de 441 metros, con una media de 16 escalones por piso, y que, tras el derrumbe del World Trade Center, ha vuelto a recuperar el título del edificio más alto de esta ciudad.

Ayer, en el Río de la Pila, los bomberos eran más rápidos que el funicular.

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